martes, 13 de enero de 2015

'te va a doler toda la vida pero una vez te la salvó.'

Escribo esto porque ya no tengo nada que perder, ni mucho menos nada por lo que ganarte. Y esta vez, la que da el portazo rompiendo el marco de la puerta en piezas soy yo, porque tienes todo un mundo fuera de esta casa, de nuestra vida, y de mi; y a mi no me queda nada dentro de las cuatro paredes en las que solía sentirme en casa. Escribo esto porque, no nos quedan 'para siempres' que cumplir, ni tiempo, ni ganas de volvernos a construir a base de besos, de volver a ganar el tiempo que tan estúpidamente dejamos escapar entre nuestras manos porque en vez de conservarlas entrelazadas decidimos separarlas; y junte las mías rezando porque pudiéramos sobrevivir a esta guerra demoledora que al final nos ha reducido a un montón de escombros. Se nos agotaron las ganas, el cariño, las caricias.  Quisiera meter muchas cosas en esta mochila, pero no me caben y por eso te las dejo a ti, porque sin ti me sobra la mitad de la vida, y del tiempo, me sobra la mitad de la cama, de la almohada, del sofá.  Y sin embargo, soy yo la que se ha ido. Me voy a escondida, en esta madrugada de cualquier noche fría de enero, porque si aparecieras y me mirases, no se si sería capaz de marcharme, y seguiríamos quitándonos la vida poco a poco, destrozando nos la piel a arañazos y el amor a gritos. Me voy ahora, porque que sé que si te veo no podré evitar besarte, o aun mucho peor, desear hacerlo. Te escribo porque ya no puedo acariciarte. Porque hace mucho que dejamos de rozarnos y besarnos con cuidado las heridas, y nos arrancamos las costras de golpe sin dejar que se curase nada dejando que se acumulasen los rencores y las dudas por todas las esquinas de esta casa, que nos volviesen locos y destruyeran las paredes de esta casa. Porque hace meses que no nos miramos, que no nos tocamos, y que no nos hacemos el amor a besos. Me voy para buscar todo aquello que era antes de convertirme en tu mitad, y ahora en la mitad de todo y nada. Me voy pero te dejo mi corazón entre tus sábanas, en esta cama, en esta casa y en esta vida en la que tan feliz fui contigo. Y solo me queda suponer, que en el fondo también me echas de menos y te sobran las mismas mitades que a mi, y coger ese último tren con destino a un Madrid que es la mitad de bonito y el doble de frío sin nuestras risas.

1 comentario:

  1. Me encanta lo que escribís y en este momento de mi vida me veo reflejada.
    Besos :)

    ResponderEliminar