jueves, 1 de enero de 2015

Marcharse es muy duro hasta que te marchas.

El sonido del portazo me hizo despertar de golpe, como quien se parte los dientes al caerse de una bicicleta. Había sido su novia, su prometida, su puta, y cada capricho absurdo que se le había puesto por delante, y de la noche a la mañana solo era un maldito trozo de mierda que no servía para nada. Que absurdo me parecieron el resto de las cosas después de la despedida. Tenía ganas de meter todas las promesas saturadas, las mentiras rotas, y los abrazos deshechos en una caja y prenderla fuego, para que sintiera como es que te quemen la vida sin poder pararlo. Ya nunca estábamos pero nunca nos íbamos del todo, siempre volvíamos a acostarnos en la misma cama, y de vez en cuando nos tocábamos tan intensamente que nos partíamos las entrañas, acariciándonos hasta clavarnos las uñas y dejarnos marcada la piel, y comernos otro poquito de alma. Que ahora ya no la teníamos. Me parecía la forma mas estúpida de acabar con todo, y quedarse sin nada. La mas estúpida de morir y de suicidarse. Irse como cuando te marchas a hacer la compra, sin pararte a mirar a la hora de cruzar esa puerta, irse así sin mas, y sin menos. Dejando la vida detrás tuya. Llevándotelo todo menos los trozos que quedaron de mi, esos que me dejaste para que los recogiera del suelo y los tirara a la basura, y sin embargos eran todos tuyos. Que estúpidos fuimos, teniéndolo todo lo apostamos a una partida de póquer que ninguno de los dos podía ganar. Nos quedaba aun todo lo demás que no iba a desaparecer tras aquel portazo que había dividido nuestra vida piezas, que ya no sabía donde meter o que hacer con todo aquello que muy posiblemente te  tendrías que haber llevado contigo. Nadie te iba a consentir lo que yo te había consentido, ni a querer de manera tan absurda y destartalada. Ojala lo hubiéramos sabido antes de comprometernos a estar toda la vida en una balanza desequilibrada. Pero no lo sabía, si hubiera podido elegir, te habría querido menos. Te habría dado menos. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario