sábado, 8 de noviembre de 2014

Tequila con limón.

Noches de licor, de chupitos que te abrasan la garganta y te ponen los pelos de punta. Noches de bailar hasta el amanecer en discotecas, bares, cualquier sitio con la música alta donde rebose el calor y la adrenalina. Alcohol en vena como si fuera el jarabe contra todas la penas que se juntan en el día a día. Caricias con desconocidos, roces de manos de pies, de corazones que laten al compás del ritmo de la música. Y muchos mas chupitos. De tequila, vodka, ron, whisky. De cualquier cosa que te abrase las ganas y no el corazón, o lo que quede de el. El alivio de sentir que estar vivo, que te arde el cuerpo, de sentir la euforia, que aunque termine cuando salga el sol otra vez saldrá la luna para que te pongas esos pantalones ajustados, los tacones, los vestidos. Y te hace sentir mejor, una noche, dos, treinta. Besos con desconocidos de sabor amargo, o dulce, de mezclar saliva con licor en algunas bocas y sentir que sigues vivo, que la vida no se a acabado aun. Es una vía de escape de la realidad. Un antídoto a la lucha continua con todos esos impulsos, pensamientos, sentimientos, contra los que luchas día a día. Dejarse llevar, sentirlo en vena. Seguir bailando hasta que no puedas mas, hasta que te duela la cabeza, los pies y el alma. Romper los zapatos de utilizarlos, dejar el alma rota por trozos en todos aquellos lugares que te robaron aunque fuera al menos un suspiro. Sentir toda la adrenalina que provoca el no ser consciente de tus sentidos y a la vez sentirte vivo y completo. Conocer a un desconocido y dejar que te conozca un poco, lo suficiente, lo que quieras, y dejarte caer en sus manos que te acarician por encima de la música, que te roban una sonrisa indiscreta. Sentir tu espalda contra una pared y sus labios por todo tu cuello, morderte el labio y sentir el sabor del alcohol. Olvidarte de tu nombre y no aprenderte el suyo, porque sabes que  a la noche siguiente ya ni le recordaras. Sentir cada golpe el altavoz como un latido, como una descarga directa por todo tu cuerpo que te sube el pulso, que te acelera las ganas y desear que no pare nunca, que siga girando.

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