lunes, 13 de octubre de 2014

Nada donde solía estar.

Se me olvido como se siente un beso. Que triste. Una vez fui la reina de la oscuridad que solía bailar con los lobos y creerme inmortal bajo la lluvia. Tenia muros impenetrables en los que me ahogaba sin humanidad. Ahora pienso que quizás lo hice todo de derecha s izquierdas. Nunca debí haberme bajado de esos tacones, ni quitarme ese pintalabios. Debí haber sido mas valiente como dije que seria y haberme mantenido al margen de tanto sentimientos que acabaron por escurrirse entre mis piel abriéndome nuevas cicatrices, creando heridas que nunca podrán currarse. Todo iba a ser diferente. Se suponía que una vez acabado el instituto todo iba a ser diferente. Que podría ser quien yo quisiera, estudiar lo que quisiera. Soñaba con volver a ponerme mis tacones y romper los suelos. Pero mi alma esta vendida y mi piel echa trizas. Se suponía que mi vida iba a ser diferente a ese invierno que parece que no acaba nunca, que incluso cuando el sol se asoma por el horizonte, la oscuridad predomina. Todo iba a cambiar. Me deje llenar la cabeza con mis propios sueños y esperanzas con la iniciativa de una vida mejor para mi misma, y no tengo a nadie a quien culpar porque la culpa es solo mía. Y me merezco todas estas heridas abiertas. La oscuridad esta abriéndose desde mi interior y cada vez estoy mas agotada incluso de moverme. Ya no tengo nada digno para contar. Mis álbumes de recuerdos están llenos de fotografías en las que ya no me reconozco. Todo iba a ser diferente. Iba a poder empezar de nuevo. En donde yo quisiera, conocer todos esos lugares con los que alguna ex soñé perderme. Me he quedado atrapada en este silencio, en esta habitación tan llena y vacía al mismo tiempo. Todo lo que puedo hacer es dibujar monstruos, órganos internos y odiar.

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