jueves, 2 de febrero de 2012

Hay cosas que ni se compran, ni se venden.

Una vez oí decir , que la felicidad se esconde en cosas pequeñas , en cosas como una sonrisa de dulzura , o una simple mirada llena de pasión. También escuche que nunca hay que arriesgarlo todo,  en y menos en el primer momento, solo por si pierdes, no quedarte sin nada. Y sin embargo a mi no me sirvió de nada todo eso cuando te conocí, porque no pasaron ni dos semanas y ya lo había dado todo por ti . Y no me arrepiento, la verdad es que nunca podría arrepentirme de los momentos que pasamos juntos, y ahora si miro hacia atrás solo soy capaz de recordar cada uno de los momentos que pase contigo, a tu lado. Cuando eramos una misma persona, esencia de un sueño. Recuerdo aquellos días, aquellas tardes sin ti, intentando que me quisieras tan solo una primavera mas... y míranos ahora. Seguro que mas de uno aposto a que no llegaría, pero valla que si he llegado, escribiendo el epilogo de la historia que se reduce a las letras de tu nombre. Es una historia genial, buena, encantadora , que habla de la gente, de un lugar, de un nosotros que termino en un simple tu y yo... quizás debería gritarte a los cuatro vientos cuanto te he querido y aun te quiero, y esperar que uno de ellos, lleve el eco de mi voz hasta ti... pero guardare esta historia en mi memoria, como el sueño loco que fue querer tenerte.  

Aquellos ojos verdes, despertaron en mi lo que nunca pensé que podría sentir.

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