Y eso puede ser lo mejor, o lo peor.

Todo el mundo lo busca, lo busca debajo de las piedras, en las montañas, en los ríos, en las casualidades e imprevistos, en las coincidencias del destino, lo buscan en las risas, en las miradas, en una sonrisa torcida, en una lagrima perdida, lo buscan en el miedo, en la cobardía, incluso a veces lo buscan en el odio, en el rencor . Pero las cosas nunca pasan cuando las buscan, los objetos nunca aparecen cuando los necesitan, la camiseta especial nunca esta lavada cuando quieres ponértela. Simplemente te limitas a vivir, a resignarte, y cuando llegas al punto en el que de verdad crees que estas rota, que se acabo, que no mas corazones en cuadernos, cuando menos te lo esperas , pasa. Y cuando pasa, lo sabes. Lo sabes porque simplemente ya no hay nada que te haga sentir pequeña o apartada, ya no hay nada que puedas hacer para remediarlo, ni candados, ni puertas cerradas , ni si quiera barreras auto-destructivas. El cielo es el limite y tu vas rozándolo con los dedos , como si no hubiera nada mejor. Como si no pudiera terminar. 

Y ya no importa lo tonta o ciega que estés, porque una vez que vuelves a enamorarte, no hay vuelta, solo esperas que dure lo suficiente como para no hacerte tanto daño como aquella primera vez.